El concierto
Quiso despedirse de su público echando toda la carne en el asador: cantando aquella canción que sabía que era la que más les gustaba a sus devotos, lo hizo como le había enseñado su maestro: mirando a cualquier lugar menos a los ojos de su auditorio, no debía violentarlos. Concluyó la canción con el mismo éxito que solía acompañarla cada vez que la cantaba y tras recibir el agradecimiento de los asistentes se dispuso, pausadamente, a recoger sus cosas. El concierto había acabado y él se sentía satisfecho, contento, muy orgulloso de su actuación, había ofrecido a su parroquia lo mejor de él. Como siempre que cantaba aquella canción alrededor de su foro se veían rostros sonrientes, otros con más prisa ya se habían ido a sus menesteres. Guardó la guitarra en la funda, lo hizo como siempre con mucho cuidado, se podía decir que con mucho amor, no quería que se estropeara, la guitarra era su más fiel compañera. Calculaba que la de hoy, había sido una g
Comentarios
Publicar un comentario